Tuesday, November 21, 2006

Eran las ocho de la mañana, muchas horas sin dormir pero nada de sueño, más bien aceleración, porque una se pasa de vueltas, ¿vió?. A la tarde quería llevar una torta a la facultad para quedar bien frente a mis compañeros, cosas de status. Me dije: cuando me levante voy a ser una piltrafa humana, mejor me pongo manos a la obra. Pero no tenía los ingredientes, entonces caminé hasta el almacén. Subí a mi tercer piso sin ascensor, hice lo primero, sacarme los zapatos, hice lo segundo, prender la radio. Puse el Godet en el túper blanco, fui a la heladera, no había leche, no importa, tirale una manteca entera y remplazas la leche por agua, que entusiasmo, dios, total el gusto cremoso se lo da la manteca. Luego me rebelé a la instrucción que decía dos huevos. Puse tres. He notado que tengo un problema con romper reglas: me sublevo ante nimiedades que no le hacen mal a nadie, pero de ninguna manera ante seriedades. La receta tampoco decía nada del azúcar, aunque para darle la contra al Señor Godet le puse varias cucharadas. Chocolatada también, para que sea negra y regordeta. Batí y quedó un delicioso engrudo con huevo crudo. Pero, oh, otra dificultad: ausencia de un recipiente con las medidas que indicaban las instrucciones. Pensé en tocarle la puerta al vecino, mejor no, ocho de la mañana, Cris, y desde que me vió desaguando (líquido y sólido) en mi baño (mi ventana da a la suya), prefiero evitarlo. No importa, agarrá una olla para guiso. Cincuenta minutos después, la retiré del horno: preciosa, alta, bronceada y crocante. Qué ansiedad, me estaba muriendo de sueño pero quería desmoldarla ya y verla descansar en un platito de cerámica mientras alguna mosquita loquilla la sobrevolaba. Di vuelta la olla.
Mierda. Apreté fuerte los dientes.
¿Por qué nadie me enseñó que la torta se desmolda fría? Para derribar la angustia comí la torta hecha pedazos en cosa de minutos. Dos días después miles de calorías se convirtieron en extrañas flatulencias que sobrepueblan mi abdomen. Unas miguitas en el piso sucio eran las únicas huellas de una patética primera vez.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

La calidad y cantidad de los flatos es directamente proporcional al sabor de la torta?

Nimo Gástrico

PD: Lo de desaguando, lo mejor que leí en meses.

11:35 AM  
Blogger Cristalina said...

ayy recien vi al vecino, no sabes, me pone mal el tema, siempre me ve en situacion comprometidas que tienen que ver con lo escatologico......lo saludo timidita, con la cabeza gacha

la torta era gueniiiiisima

8:08 AM  
Anonymous Anonymous said...

Relajate (como esa vez que te vió). Practicamente se podría decir que es un conocido íntimo.

10:27 AM  

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