Sunday, August 03, 2008

¡Que viva el tren!
Desde la ciudad boliviana Puerto Quijarro (al este del dto de Santa Cruz) pretendíamos ir en tren hasta Santa Cruz de la Sierra, pero todo estaba vendido, y debíamos esperar hasta el día siguiente a las doce del mediodía. Yo le dije varias veces a Santiago que prefería ir en tren, que tenía mala espina con la flota, que la ruta debía ser muy mala (era, en efecto, casi en su totalidad de tierra), en fin, que no me hizo ni le hice caso a mi instinto y nos fuimos a la terminal. Partimos a las 16 y 30 en la flota Ibi Suarez. El chofer, que era un hombre de rulos y patillas que llevaba en su brazo derecho un tatuaje pintado con tinta china, al rato de partir decidió quedarse en cueros, lo cual es comprensible por el sofocante calor de la zona del pantanal. El ayudante del chofer llevaba una remera con una marca de sudor que le cubría desde el cuello hasta la zona de las tetillas, lo cual no es comprensible porque uno puede cambiarse la remera para evitar el disgusto ajeno. Apenas arrancamos, el techo del micro comenzó a vibrar fuerte, constante y ruidosamente, situación que despertó jocosidad entre los demás pasajeros. Nosotros eramos los únicos extranjeros. El estado de la flota era, siendo generosos, lamentable, pues solo le quepa un insulto. Un Mar Chiquita en su peor época era un full cama al lado de esta catramina. El sudado ayudante de conductor, colocó un ratoncito amarillo en un porta maleta y el pobre allí viajó las 24 horas (sí, el viaje duró 24 horas para poco más de 600 km) con lo que suponemos murió afixiado o de tristeza. Era lindo el ratón. Hasta las cuatro de la madrugada el ruidoso techo se movió intensa y temerariamente. Sin embargo, todos, menos yo, dormían. El techo iba tan calamitoso por viejo y feo y por varias decenas de cajones de palta que la chola que se sentaba comodamente en el primer asiento (donde el techo no se movía tanto) con cara de "yo no fui" había hecho colocar. Yo ya imaginaba muriendo aplatastada por esa deliciosa fruta verde, o si sobrevivía, golpeando fuertemente a la chola. Ya se había caído el plástico que cubría un fluorescente, y casi cae la mismísima luz, justo al lado de un crio de apenas un mes, pero llegamos a sostenerlo y llamamos al ayudante sudado que lo quitó y lo puso por ai, al lado del ratoncito en la cajuela portaequipaje. Además había dos guaguas que lloraban intermitentemente, uno de ellos con un celular chillón que le hacía feliz, pero eso no importaba porque enemigo era el techo. A eso de las cuatro de la mañana el colectivo quedó barado en el barro que se parecía a un pantatno, puesto que había llovido. Obviamente allí quedó hasta que madrugó el sol y el chofer adicto a los cigarros y a la coca, un paraguayo que había fundido un micro en la soledad del chaco paraguayo, y había quedado allí varado tres días con sus pasajeros, entre los que estaba, casualmente, ¡Santiago!. Ya con luz, los hombres y dos cholas bajaron a embarrarse (yo también, pero para ir al baño, bue, baño es una manera de decir), sacaron el barro de debajo de las ruedas y tiraron ramas, y así logramos salir, volvimos a quedarnos y nuevamente salimos, el guapo y kamikaze de nuestro chofer-torso-desnudo nos sacó de allí, un sitio donde diría más de treinta camiones y flotas habían quedado varados. La cosa es que con el esfuerzo del barro el techo fue descendiendo más y más, y yo era la loca que cuando apenas subimos había avisado dos tragedias: se va a caer la tapa del fluorescente, y más tarde, se caerá el techo. Nadie me hizo caso, pero la tapa del fluorescente ya había caido...La mayoría de las vigas que unían el techo ya estaban rotas, el colapso definitivo era para mí inminente. Seguimos andando por el barro, el bus se detuvo nuevamente: ahora sin gasolina. Al cabo de un rato consiguieron que un camión les venda. El colectivo inclinándose -demasiado, como si estuviera por volcar- hacia izquierda y derecha, y el techo moviendose temiblemente, con un ruido a serrucho que intercalaba con el golpe del cajón. El micro estaba más sucio que un chiquero de chanchos, pues todos descalzos habían trabajado en tierra enlodada, y ya estaba empezando a despegarse el plástico del techo. Cuando parecía que la suerte ya no nos acompañaría, y todo el techo estaba hundido y moviéndose varios centímetros como una masa homogénea, llegamos a un pueblo llamado Tres Cruces (tipo doce del mediodia) y le dijimos al chofer que baje la carga, pero no la bajó, así que allí nos quedamos Santiago y yo, y nos fuimos en taxi con otras personas hasta Santa Cruz. El techo no se cayó, lo supimos por un encuentro casual que tuvimos con una chola en otro bus camino a La Paz. Pero nos pegamos un harto cagaso, y declaramos que Ibi Suarez es la peor empresa de transporte de toda Bolivia, y eso es demasiao demasiao decir.
pd: pronto subiré el video que atestigua el movimiento del techo.

5 Comments:

Blogger GER! said...

Qué pasó con la Cris que tenía sed de adrenalina y peligro?

Es que te estás poniendo vieja? O será que va aflorando cada vez más esa vena sensible y maternal que te caracteriza a veces?

Bien ahí por revivir este blog que ya estaba medio muerto, como el mío.

Todavía estoy esperando el video; sobre todo los planos en donde se vea tu cara de susto, jeje.

Beso negra, nos vemos.

3:44 PM  
Blogger GER! said...

Video video video, queremos el video vide video...

La gente lo pide... Yo sólo soy un vocero del pueblo.

7:12 PM  
Anonymous Anonymous said...

Llegaste a pensar "qué estoy haciendo aca??"
Un abrazo

Nimo

8:05 AM  
Blogger Juli said...

cris cris cristina!! avisa apenas vuelvas asi organizamos ida de fin de semana a las sierras con ger! en carpita, con mates en el rio, discusiones cosmicas y luna llena!!
estoy contenta de tu regreso a pesar de las circunstancias q lo motivan, me alegra, desde una perspectiva egoica. besos y abrazos gigantescos!no coordino mucho, te estoy escribiendo desde tribunales con la mayoria de mis neuronas exprimidas.
hey!otra cosa, si seguis en cuzco no dejes de ir a pasar un dia entero en pisac, esas ruinas son magicas, colgate al sol, disfruta del viento...
te quierooooo!!!

9:06 AM  
Blogger Cristalina said...

si, fui a pisac, pero en excursion! con guia insoportable, jeje, hablaba ingles castellano, horrible! nena, por que no me escribiste todo eso por mail? por el mismo motivo te respondo por aca.yavolvi.

5:12 PM  

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