
Me espera Mariano, mi hermano, y Silke, su prometida y mi amiga. Ansiosos están, mas no sé hasta cuando.
Resta cada día un día menos, y aún tengo cientos de peros.
Debo cobrar deudas y pagar cuentas.
Llevar a mis perros a la plaza a pasear, pero que se yo, si la lluvia inundó el lugar.
Es Enzo, mi adorado guau, que a su vez adora revolcarse en estiercol de animal. Y eso me hace dudar.
Más mas obligaciones me quedan: visitar a mi abuela Norma y a Adelina, a la prima Guillermina, pero no a Isabelita.
Armar mi mochila, pues Esmeralda espera apresurada. Esta vez no sufrirá el apunamiento paceño. Otra vez será.
Elegir un cuaderno tapa dura, para rayar mis letras baratas arriba de alguna piedra de montaña. Qué importa la ausencia de renglones. No soy de esas personas que usan el dentífrico presionando desde abajo. Me captás, ¿Julito?.
Me queda despedirme de vosotros, mis amigos, que han venido aquí y se han comido fiascos reiterados, y sin embargo, reincidieron, de puro morbo, pa reirse de como esta gaucha le pifia tras pifiada.
Pero mejor, ahora, me esperan el sol, la playa y alguito de amor. Creatividad a la hora de enfrentar el día, un piano que suena de fondo, es Leandro, mi hermano, Mariano a lo lejos que llama con cobro revertido, Daniel que duerme tras trasnochadas, Enzo y Victor arriba de los cables de la computadora, y yo, just today, aquí.
Mañana, Paraty. Después, veremos.